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  Breve Historia del Periódico Oficial en México
El Diario Oficial de la Federación es el órgano del Gobierno Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, que tiene la función de publicar en el territorio nacional: leyes, reglamentos, acuerdos, circulares, órdenes y demás actos expedidos por los poderes de la Federación, a fin de que éstos sean observados y aplicados debidamente en sus respectivos ámbitos de competencia.

Desde el surgimiento de la República Mexicana ya se había previsto la necesidad de dar a conocer las disposiciones oficiales que emanaran de los poderes del Estado, otorgándole al Ejecutivo la capacidad legal para efectuar la sanción y la subsiguiente publicación. Así, el artículo 55 de la Constitución de 1824 establecía que “"si los proyectos de ley o decreto, después de discutidos, fueren aprobados por la mayoría absoluta de los miembros presentes de una u otra Cámara, se pasarán al Presidente de los Estados Unidos, quien si también los aprobase los firmará y publicará...".

Con la Constitución de 1836 se ratifica este supuesto en su artículo 39, señalando la obligación del presidente de la República para que, una vez aprobada y sancionada la Ley fuese publicada en la capital, en todas las cabeceras de los departamentos, villas y demás lugares.

Posteriormente, las Bases Orgánicas de la República Mexicana, expedidas el 12 de junio de 1843, reafirmaron la obligación del presidente de publicar las leyes en el transcurso de seis días después de la sanción.

Cabe hacer mención de que la Carta Magna de 1857 omitió prescribir el deber del Poder Ejecutivo en relación a este rubro, por lo que, el 13 de noviembre de 1874, fue reformado el artículo 71 a fin de incluir el siguiente inciso A). Aprobado un proyecto en la Cámara de su origen, pasará para su discusión a la otra Cámara. Si ésta lo aprobare se remitirá al ejecutivo, quien, si no tuviera observaciones que hacer, lo publicará inmediatamente. Para ese entonces estaba ya reafirmado el principio de la obligatoriedad de la Ley por el hecho de ser publicada, pues el 20 de agosto de 1867 el Diario Oficial del Gobierno Supremo de la República daba a la luz pública una circular del Ministerio de Relaciones Exteriores y Gobernación, donde se informaba que Las leyes y demás disposiciones de las autoridades federales, son obligatorias por el hecho de publicarse en el Periódico Oficial del Gobierno Supremo.

La Constitución de 1917 en el artículo 89, fracción I, establece el reconocimiento que el Ejecutivo hace de la existencia de una Ley y la orden de que se cumpla, una vez que ha sido publicada en el Diario Oficial. Para realizar de mejor manera esta disposición la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal en su artículo 27, fracciones II y III, encarga a la Secretaría de Gobernación Publicar las leyes y decretos que expida el Congreso de la Unión, alguna de las dos Cámaras o el Presidente de la República y Administrar y publicar en el Diario Oficial de la Federación.

La Ley del Diario Oficial de la Federación, de fecha 24 de diciembre de 1986, reglamenta su publicación, además de establecer las bases generales para la creación de las gacetas gubernamentales sectoriales.

Sin embargo, la existencia del periódico oficial en nuestro país se remonta a algunos años antes del surgimiento de la República: el 2 de enero de 1810, año en que se iniciaría la Revolución de Independencia, comenzó a circular la primera publicación periódica titulada Gaceta del Gobierno de México. A partir de ese impreso, los sucesivos gobiernos que han transcurrido por la historia del país tuvieron a bien publicar sus disposiciones legales en un vocero propio; y aquello que nació a manera de tradición, hoy es un órgano de información debidamente reconocido y reglamentado.

En las siguientes páginas se presenta una panorámica del pasado histórico de este periódico, con la intención de que el público conozca uno de los documentos más importantes de nuestro entorno social.

Los bandos eran documentos impresos en una sola hoja, de dimensiones variables que se colocaban en la vía pública para dar a conocer una orden del Gobierno o un acontecimiento de singular importancia. Las hojas volantes, por su parte, aparecían irregularmente, circulaban de mano en mano y casi siempre brindaban información proveniente del extranjero, aunque no faltaron las de carácter oficial; por lo general se referían a un solo asunto y el encabezado era tan nítido que resultaba muy fácil adivinar su contenido.

De acuerdo con los eruditos fue en las postrimerías del año 1666 cuando apareció en la capital de la Nueva España el primer impreso de información con el encabezado de gaceta. Un año después se dio a la estampa la Primera Gazeta y el título hace suponer que se publicaron otras, pero esto no se puede asegurar. La Gazeta Nueva de Varios Sucesos data de 1668 y existen testimonios de que en 1679 se publicaron la primera, segunda y tercera gacetas. Fue hasta 1682 en que dichos impresos consignaron su fecha respectiva.

La función que habían tratado de cumplir estas primeras gacetas alcanzó su forma definitiva en 1722. En ese año el doctor Juan Ignacio María de Castorena Ursúa Goyeneche y de Villarreal fundó la primera publicación que apareció con una frecuencia regular, y a la cual denominó Gaceta de México. Seis años después apareció la segunda Gazeta de México, esta vez a cargo de Juan Francisco Sahagún de Arévalo y Ladrón de Guevara. En el primer número se señalaba que esta nueva publicación era continuación de la de Castorena, e incluso se respetó el formato original y se reiteró la idea de su predecesor, es decir, que con este medio la conservación de las noticias proporcionaría un gran servicio al conocimiento histórico.

En 1784, Manuel Antonio Valdés Murguía y Saldaña tomó en sus manos la responsabilidad de editar la tercera Gazeta de México, cuyo primer número apareció el 14 de enero de ese año y continuó publicándose sin interrupciones hasta 1809. El rasgo que distinguió a la gaceta de Valdés fue que puso el periódico al servicio del Estado, lo que le dio un carácter casi gubernamental; de este modo la prensa comenzó a usarse para formar opiniones favorables a la Corona. A pesar de ello, Valdés supo darle una dimensión multifacética a su gaceta, incluyó noticias varias y artículos científicos rubricados por hombres tan destacados como Antonio León y Gama, Andrés del Río, José Antonio Alzate y Joaquín Velázquez de León. El prestigio que adquirió este periódico y los servicios prestados a la monarquía fueron reconocidos por Carlos III cuando, en diciembre de 1787, dio instrucciones a todos los ayuntamientos e intendentes de la Nueva España para que proporcionaran noticias a la gaceta.

En vísperas del movimiento independentista algunas autoridades del Gobierno virreinal se percataron de la necesidad de establecer un órgano de difusión popular dedicado exclusivamente a publicar información de carácter oficial. En el prospecto, que data de 1808, se anunciaba que la gaceta cambiaría de título y de contenido, ya que los memorables acontecimientos del día así lo imponían. Se argumentaba que existían ya otros impresos dedicados a las letras, artes y oficios, así como al comercio, geografía e historia natural, de modo que era necesaria la creación de un periódico que, sin otras obligaciones, sólo se preocupara de divulgar la información gubernamental: reales órdenes, disposiciones del Superior Gobierno y noticias oficiales o provenientes del extranjero. La publicación aparecería los martes y viernes de cada semana, y cuando fuera necesaria alguna noticia extraordinaria. La suscripción por seis meses costaría 13 pesos 4 reales, en la capital, y 16 pesos 4 reales, en el interior del país. El 2 de enero de 1810 apareció el primer número con el título de Gazeta del Gobierno de México; la redacción estaba a cargo de don Juan López de Cancelada y la impresión de don Alejandro Valdés, de cuyo padre ya hemos hablado. Con el triunfo del ejército insurgente llegó a su fin la vida de este periódico, cuyo último número apareció el 29 de septiembre de 1821.

Iturbide, actuando como presidente de la Regencia designada por la Junta Provisional Gubernativa, acordó con el impresor de la Gazeta del Gobierno de México, Alejandro Valdés, que se siguiera publicando el periódico oficial pero ahora con la denominación de Gaceta Imperial de México. La prueba de que no hubo ningún obstáculo para efectuar el cambio es que el 2 de octubre de 1821, cuatro días después del último número de su antecesor, apareció con el nuevo título. Al año siguiente, el 20 de abril, modificó de nuevo su nombre para denominarse Gaceta del Gobierno Imperial de México, nombre que mantuvo hasta la caída de Iturbide. La novedad de este periódico consistió en que por primera vez el orden de presentación de las disposiciones se hizo de acuerdo a las dependencias del Ejecutivo, es decir que cada sección llevaba el encabezado del ministerio respectivo.

Desde el 1 de abril de 1823, la publicación oficial adoptó el nombre de Gaceta de Gobierno Supremo de México, con lo que se quería indicar que el intento de establecer un imperio en México era un sueño irrealizable. En este periódico se publicaron los principales despachos dictados por el Poder Ejecutivo, encabezados entonces por Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Celestino Negrete.

Durante el proceso de gestación y promulgación de la primera Constitución del México independiente, la publicación oficial llevó el nombre de Gaceta del Supremo Gobierno de la Federación Mexicana. Este título reflejaba de manera evidente que la doctrina federalista era la dominante en los círculos más elevados del Gobierno. En la Constitución de 1824 uno de los temas tratados fue la publicación de las leyes, y se estableció en su sección sexta, artículo 55, lo siguiente: Si los proyectos de ley o decreto, después de discutidos, fueren aprobados por la mayoría absoluta de los miembros presentes de una y otra Cámara, se pasarán al Presidente de los Estados Unidos, quien si también los aprobare los firmará y publicará...

Durante el periodo de gobierno del primer presidente de México, Guadalupe Victoria (1824-1829), la publicación oficial adoptó diversas denominaciones: Gaceta del Supremo Gobierno de la Federación Mexicana, Diario Liberal de México, Gaceta Diaria de México, Gaceta del Gobierno Supremo de la Federación Mexicana, Correo de la Federación Mexicana y Repertorio Mexicano.

Los cambios de nombre que sufría el periódico oficial eran un reflejo de la inestabilidad política que vivía el país. Cada facción o grupo político que llegaba al poder procedía a rebautizar el periódico a su gusto. En los tiempos en que fue presidente don Anastasio Bustamante se le denominó Registro Oficial del Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, y se publicó del 22 de enero de 1830 al 10 de enero de 1833. Por supuesto que en él se engrandecía al gobernante en turno y se atacaba a los opositores del régimen, entre los que se contaban quienes habían colaborado con el gobierno de Vicente Guerrero.

A raíz de la asonada de la Ciudadela, había sido depuesto el general José Joaquín de Herrera y se nombró presidente interino al general Mariano Paredes Arrillaga a principios del año 1846. La administración de éste se dedicó a cuidar el gasto del Gobierno y a hacer los preparativos para la inminente guerra con Estados Unidos de Norteamérica. Su primer órgano oficial se llamó Diario del Gobierno de la República Mexicana.

Por razones que desconocemos, un mes después, el gobierno de Paredes modificó el título, así como el formato y el contenido de su periódico, que pasó a llamarse Diario Oficial del Gobierno Mexicano. Resulta interesante señalar que este periódico incluía en la parte inferior de sus páginas el “folletín”, es decir el espacio donde se publicaban las novelas de la época, que contribuyó de manera importante a aumentar la circulación de los periódicos.

Además de enfrentar la invasión norteamericana, en el año de 1846, el país tuvo que soportar las disensiones internas. En el mes de agosto, José Mariano Salas encabezó una nueva revuelta en la Ciudadela y se posesionó del Gobierno de la República. Una de sus primeras acciones fue la de cambiar el nombre del periódico oficial, que desde entonces se llamó Diario del Gobierno de la República Mexicana.

La inestabilidad política que prevaleció en la década de 1840 se vio reflejada en los cambios incesantes en la denominación del órgano oficial. También llegó a darse el caso de un periódico oficial itinerante: El Correo Nacional. Periódico Oficial del Supremo Gobierno de la República Mexicana, impreso en Querétaro, en 1847 y 1848, por el gobierno de Manuel de la Peña Peña a causa de la ocupación norteamericana de la ciudad de México.

Al concluir la guerra con Estados Unidos de Norteamérica fue electo presidente constitucional José Joaquín de Herrera. Unos meses después de tomar posesión del cargo modificó el título del diario oficial para denominarlo: Periódico Oficial del Supremo Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos. Fue durante su periodo presidencial cuando llegó a sus mayores proporciones la Guerra de Castas en Yucatán.

En los años de 1851 y 1852 ocupó la presidencia de la República don Mariano Arista, quien intentó sin éxito mejorar la situación hacendaria y la organización del ejército. Durante su gobierno se publicaron dos órganos oficiales: El Constitucional. Periódico Oficial del Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y, posteriormente, El Boletín Oficial. Además, Arista tuvo la idea de que se publicara simultáneamente con este último el Archivo Mexicano, una publicación periódica que daba a conocer documentos oficiales, despachos de los ministerios y sucesos notables.

Al abandonar la presidencia Mariano Arista, en enero de 1853, fue sustituido en forma interina por Juan Bautista Ceballos hasta febrero, y luego por Manuel María Lombardini hasta abril; posteriormente tuvo que llamarse al imprescindible general Santa Anna. El órgano oficial durante estos meses fue el Boletín Oficial del Supremo Gobierno.

Antonio López de Santa Anna, amante de las peleas de gallos y los títulos rimbombantes, volvió a ocupar la silla presidencial en abril de 1853. El no sabía entonces que era la última época en que sería llamado Alteza Serenísima y que muy pronto habría de ser desterrado definitivamente. En este Gobierno postrero Santa Anna vendió a Estados Unidos de Norteamérica cien mil km2 adicionales de territorio mexicano, la región conocida con el nombre de La Mesilla. El órgano de difusión de su gobierno fue el Diario Oficial del Gobierno de la República Mexicana, que sufrió algunas modificaciones en su formato.

Martín Carrera fue nombrado presidente interino en 1855 tras la renuncia de Santa Anna. Su gobierno fue muy breve y casi no hizo otra cosa que mantenerle caliente la silla al general Juan Alvarez, quien llevó al triunfo a la revolución de Ayutla. Mas no por ello dejó de rebautizar al periódico oficial al que llamó Diario del Gobierno de la República Mexicana.

La Revolución de Ayutla acabó con la dictadura santannista y convocó a la celebración del Congreso Constituyente de 1857. El presidente Juan Alvarez prefirió regresar al Sur y dejó como sustituto a Ignacio Comonfort, quien acabaría traicionando a la revolución ligándose a los conservadores y clausurando las sesiones ordinarias del Congreso, con lo cual se inició la Guerra de Reforma o Guerra de Tres Años. El gobierno de Comonfort tuvo, sucesivamente, varios órganos oficiales, entre ellos el Diario Oficial del Supremo Gobierno de ¡a República Mexicana y la Crónica Oficial.

Además de los frecuentes cambios de nombre durante el siglo XIX, se presentó la paradójica situación de que a un mismo tiempo se editaban dos publicaciones que ostentaban la categoría de oficial. Tal hecho sucedió durante la Guerra de Reforma (1858-1860), en que el gobierno liberal, encabezado por don Benito Juárez, publicaba su órgano oficial en Veracruz, al tiempo que los conservadores sacaron a la luz una media docena de publicaciones de carácter oficial.

Después de tres años de guerra los liberales obtienen el triunfo con la decisiva batalla de Calpulalpan, el 22 de diciembre de 1860. No sólo se había logrado derrotar al partido conservador sino que, en esos años, se expidieron una serie de leyes que modificaron el carácter moderado de la Constitución de 1857 y le dieron una orientación liberal avanzada. Pero los problemas no habían terminado ya que la bancarrota del erario obligó al presidente Juárez a suspender el pago de la deuda, lo cual sirvió de excusa para la intervención francesa. Uno de los órganos oficiales que tuvo el Gobierno en el difícil año de 1861 fue La Unión Federal. Periódico Oficial del Supremo Gobierno.

En el lustro que abarcan los años de 1863 a 1867 nuevamente se presentó el caso de una duplicidad de publicaciones oficiales. Mientras que los liberales tuvieron que abandonar la capital y llevar con ellos su periódico, Diario del Gobierno de la República Mexicana, para seguir publicándolo en San Luis Potosí, el ejército francés en su intervención a México publicó en la capital el Periódico Oficial del Imperio Mexicano (inicialmente bilingüe) y, posteriormente, el Diario del Imperio.

Después del sitio de Querétaro y del fusilamiento de Maximiliano, el partido conservador quedó definitivamente derrotado. A mediados de 1867 Juárez regresó a la capital y comenzó a publicarse el Boletín Republicano, que fue el órgano oficial hasta el mes de agosto en que empezó a cumplir esta función el Diario Oficial del Gobierno Supremo de la República. Es importante señalar que en el primer número de este periódico se estableció la obligatoriedad de Ley por el solo hecho de publicarse en el Diario Oficial.

Los constituyentes de 1857 habían omitido legislar en lo relativo a la publicación de las leyes y decretos. Fue por ello que en 1874, durante el periodo presidencial de don Sebastián Lerdo de Tejada, se reformó el artículo 71 de la Constitución en los siguientes términos: “Aprobado un proyecto en la Cámara de su origen, pasará para su discusión a la otra Cámara. Si ésta lo aprobare se remitirá al Ejecutivo, quien, si no tuviera observaciones que hacer, lo publicará inmediatamente. En esta época el órgano oficial se llamaba Diario Oficial del Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, y al término de cada mes incluía un índice de las disposiciones que había publicado durante ese periodo.

Durante los años de 1876 a 1910 el país vivió bajo la dictadura de Porfirio Díaz. En esta época el periódico gubernamental apareció bajo diversos títulos: Diario Oficial del Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, Diario Oficial del Gobierno Supremo de los Estados Unidos Mexicanos, luego retomó el primer título mencionado y finalmente adoptó el de Diario Oficial. Estados Unidos Mexicanos. A partir de 1896 el órgano oficial dejó de publicar noticias generales y editoriales y se dedicó en forma exclusiva a la divulgación de información estrictamente oficial.

Durante los primeros años de la Revolución Mexicana la publicación oficial se mantuvo sin cambios. Con el cuartelazo de Victoriano Huerta su nombre cambió ligeramente por el de Diario Oficial de los Estados Unidos Mexicanos y, curiosamente, la dirección estuvo a cargo del célebre poeta José Juan Tablada. Entre tanto, los carrancistas y los convencionistas comenzaron a publicar sendos órganos oficiales: El Constitucionalista y La Convención.

La Constitución de 1917 reglamentó con exactitud el acto de promulgación de las leyes al establecer, en su artículo 89, fracción I, que el Ejecutivo reconoce la existencia de una ley y ordena su cumplimiento una vez que ha sido publicada en el Diario Oficial. En esta época el periódico del Gobierno llevó el título más extenso de su historia: Diario Oficial. Secretaría de Gobernación. Organo del Gobierno Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

En el año de 1926 el periódico gubernamental adopta el título de Diario Oficial. Organo del Gobierno Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, que se conservaría sin cambios por más de seis décadas. Esto es un claro reflejo de la estabilidad política que ha vivido el país desde el triunfo de la Revolución de 1910.

Como consecuencia de la promulgación de la Ley del Diario Oficial de la Federación y Gacetas Gubernamentales, el 24 de marzo de 1987 la publicación oficial adquirió el nombre de Diario Oficial de la Federación, con el subtítulo Organo Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, el cual fue modificado al día siguiente para adoptar su forma actual: Diario Oficial de la Federación. Organo del Gobierno Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
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